Del alto rendimiento al alto desempeño

hay una medalla.

Sin duda, ha sido el aprendizaje más significativo que he tenido como deportista de alto rendimiento cuando logramos por 1era vez ser MEDALLISTAS DE BRONCE A NIVEL MUNDIAL representando la selección nacional.

Después de 3 MUNDIALES CONSECUTIVOS, con un equipo que se conocía bastante, llevábamos tiempo practicando juntas, nos conocíamos con claridad las fortalezas y debilidades, entonces ¿Qué había cambiado para conseguir esta victoria?, EL ENFOQUE, SINCRONIZACION ESTRATÉGICA Y COHESION COMO PERSONAS.

En el primer mundial sentíamos el orgullo de ser el EQUIPO NACIONAL PIONERO compitiendo en las grandes ligas con los países europeos de más alto nivel de rendimiento, para el segundo mundial alcanzamos altos niveles de rendimiento físico, sin embargo, las rivalidades y DIFERENCIAS INTERNAS en el equipo impactaban de forma directa en nuestros resultados y DEBILITABA LA SOLIDEZ del equipo en momentos claves en la competencia.

En el tercer mundial se priorizo LA CALIDAD DE CONVIVENCIA cercana, RECONOCERNOS LOS TALENTOS y CONSTRUIR RELACIONES POSITIVAS entre las integrantes como parte del entrenamiento, lo que permitió mejorar las relaciones y lograr la COHESION DEL EQUIPO e hizo surgir un PROPOSITO COMUN, el de desempeñar nuestras fortalezas confiando en la experiencia de la trayectoria y disfrutando de lo que nos apasionaba hacer.